Me encanta este momento de contradicciones mezcla de placer y frustración que siento al terminar un libro que me gusta. Son las mismas sensaciones que nos asaltan a los lectores cuando pasamos la última pagina de un muy buen libro y se acaba.
Nos sentimos bien porque el libro nos ha llenado, nos ha conmovido nos ha dado un soplo de energía, de rabia, de esperanza, de risa, de paz o cualquier otra cosa. Nos ha transmitido algo que nos hace sentirnos mejor y mejores. No nos ha dejado indiferentes.
La contradicción está en que también nos sentimos tristes porque el dichoso libro se ha acabado, se ha corrido el telón, se han apagado las luces, finito, terminé, the end. Ya solo queda rememorar y repensar. Revivirlo en recuerdos.
El vibrar con el libro en las manos, las emociones, las sorpresas, la intriga todo eso ya pasó. Sabemos que siempre podremos leerlo otra vez pero ya no será igual. No habrá la misma emoción, la misma sorpresa, no nos sentiremos intrigados de la misma manera. Nos acordaremos de la sensaciones de la primera vez pero nunca habrá una segunda primera vez.

Aquí estoy describiendo eso que siento después de haber terminado este libro que parece que todo el mundo ha leído y que yo ni conocía hasta hace unas semanas. Me siento un extraterrestre sabiendo que este señor ha vendido diez millones de ejemplares y yo no sabía ni que existía (eso no quiere decir que lo hubiera leído antes).
Se que diez millones de ejemplares vendidos no quiere decir nada sobre la calidad de una obra, pero ahora puedo decir que debe de haber por ahí más o menos unos diez millones de personas que potencialmente se han sentido o se van a sentir como yo me siento ahora.
En cuanto al contenido del libro creo que ya se han hecho suficientes comentarios y criticas como para que yo pueda aportar algo nuevo.